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Chiang Rai: la fuerza de los amigurumis

Qué sensación tan bonita cuando paseas a más de 12.000 km de tu casa y te encuentras a personas con tus mismas aficiones. Qué pequeño es el mundo! 


En Chiang Rai: intercambio de amigurumis :)


Lana, ganchillo, tijeras y un patrón a seguir, eso sí, en Thai
Paseando por Chiang Rai, a pocos metros de la guesthouse en la que nos alojábamos, una señora pasaba el tiempo, en su tienda de ultramarinos, tejiendo crochet. La lana, el ganchillo, las tijeritas y un patrón que seguir. Que ilusión me hizo verla tan aficionada empezando a tejer lo que imagino que después sería un muñequito.

Cuando, medio en inglés, medio con señas le expliqué que yo también hacia “monigotitos” a ganchillo y que precisamente había llegado hasta allí para enseñarlo a unas niñas de una escuela cercana a Chiang Rai, la escuela Monsaengdao, soltó un gritito de alegría y fue a buscar todos los muñecos que tenía hechos para enseñármelos. 


Las dos estábamos tan emocionados que nos intercambiamos unos amigurumis, ella me regaló un "angry bird" (que, por cierto, tuvo muchisimo éxito entre las niñas de Monsaengdao) y yo fui a buscar uno de los que llevaba para las niñas y también se lo regalé. 

Una experiencia entrañable! Está claro que esto es "la fuerza de los amigurumis", como lo ha bautizado mi amiga Inma ;).






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2 comentarios:

  1. Quina experiència més bona! Estic dacord amb tu que la felicitat està en els petits moments del dia a dia, i en experiencies especials com les que has viscut tu :-)

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  2. Sí, ha estat una experiència genial! I ara buscant la manera de seguir col.laborant en la distància ;)

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